Presente

Aun tengo conmigo el presente que le compré.

Sigue ahí, guardado, como todos los recuerdos ocultos, como todas aquellas sensaciones olvidadas.

Tengo algo sin dueño en el tiempo, objeto inerme, sin vida; olvidado.

Algo que quiso tener sentido, y que tendría apenas toque sus manos.

Pero su futuro era incierto. Y lo es aun.

Aquello que conseguí para ella, nunca lo iba a ser;

Jamás lo vería con el valor que yo lo haría; jamás sus ojos lo apreciarían como yo lo hago.

No sé, incluso, por qué aún lo tengo;

No sé por qué siempre lo llevo conmigo, como rememorando aquello que nunca fue, nunca ha sido y nunca será.

¿Es acaso una metáfora o una alegoría? ¿Una remembranza a su indiferencia? ¿Un olvido mutuo? ¿O es entonces un recuerdo de aquel cariño que sigo tratando de dejar atrás..?

Ahí está, ese presente que compré para ella, y que ahora es pasado.

Ahí está, sin dueño, en un limbo de emociones. Sin rumbo, a la deriva del viento o la tormenta.

Le espera como un tesoro anhelado;

Le espero como un tesoro perdido.

Y cuántas lunas habrá hasta que se desvanezca.

Cuántas noches y días de olvido tendrán que pasar para que ya no exista más.

Tantas soledades, tantas palabras, tantas caricias perdidas.

Cuántas palabras inocuas, tanta absurda melancolía.

Cuántos encuentros efímeros, temporales, vanos, ajenos del sentimiento que algún día nos unió.

Cuántas oportunidades de entregarle mi presente, aquel que conseguí para ella; aquel que nunca recibirá.

Cuántas noches seguirá conmigo, avaluado solo en mis memorias y condenado definitivamente al olvido.

Ese presente que esperó estar en sus manos, como yo, para sentirse estar vivo.